17 may 2014

Tabacomancia: la lectura del tabaco

Los antiguos creían que el humo tenía propiedades mágicas. Es fácil comprender la especial veneración que el hombre primitivo tenía por el fuego. El fuego era fuente de calor, de iluminación, mantenía alejadas a las bestias. Cuando el fuego se extinguía, el humo seguía proporcionando calor, y dibujaba a menudo extrañas figuras, que comenzaron a despertar su curiosidad.
Muchas civilizaciones antiguas han practicado la adivinación a través del humo, lo utilizaban además en rituales de purificación y protección. Muchas veces el adivino interpretaba las figuras que se formaban a partir de una pira de sacrificio, otras, aspiraba el humo proveniente de hierbas, o carbones, para entrar en trance y adivinar el futuro.
Hoy los métodos han cambiado, pero el interés por la adivinación persiste, y la lectura del tabaco, es una interpretación moderna de aquella antigua mancia. Estamos hablando de la tabacomancia, método de adivinación por medio de un puro, o cigarrillo.
Si bien las técnicas varían entre método y método, hay puntos similares en casi todas las mancias. Todas las tácticas de adivinación requieren de un ritual previo que debe ser preparado con cuidado, paciencia y concentración, virtudes imprescindibles para abrir el cerrojo del enigmático mundo que envuelve las posibilidades del futuro. Tanto el consultante como el lector, deben estar concentrados en el ritual.
El lector pedirá el nombre completo y fecha de nacimiento del consultante. Hay varias opciones para la lectura: tanto el consultante o el lector pueden fumar, también se puede emplear un succionador, que además de ser un método saludable, evita el vómito o mareo. El lector se concentrará en la pregunta sobre la cual desea iluminación y videncia.
Luego se encenderá el puro o cigarrillo, suavemente, sin apretarlo entre los dedos ni forzando la inhalación, y aguardará a que se queme un poco.
El adivino encontrará la respuesta dependiendo de varios factores: qué parte del cigarro prende primero, si fue una esquina o fue todo el tabaco, si el puro o cigarrillo se quema parejo, o por partes. Una vez que la pregunta ha sido analizada, se sacude la ceniza, se procede a concentrarse en una nueva pregunta, si la hubiera, y así sucesivamente.
El color de las cenizas y el humo también son analizados según avanza la lectura. Se considera que es el humo y las cenizas los que hablan de nuestro pasado, presente y futuro. El humo, por ejemplo, produce tonalidades distintas, y su color determina resultados positivos o negativos.
Algunas de las interpretaciones más frecuentes son:
Si el cigarro se quema por un solo lado, indica mala suerte o tiempos desafortunados.
Cuando la corona, o borde del cigarro es blanca, significa amores correspondidos, fidelidad conyugal, larga vida.
Si la ceniza se mantiene derecha y pareja, indica felicidad en el amor, buena suerte, deseos que se cumplen.
Puntos rojos pequeños señalan ilusiones vanas y desengaños amorosos.
Si la ceniza se tuerce: mala suerte, amores imposibles, decepciones.
Si el tabaco se apaga solo, es una señal de que se debe interrumpir la sesión, y esperar pacientemente veinticuatro horas para una nueva consulta. (Con información de THE HUFFINGTON POST)
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