Una mejor manera de vivir
Tere Gómez Torres
El primer paso para permitir que llegue lo nuevo a tu vida es que te deshagas de todo lo viejo que es como basura que cargas dentro tuyo. Esta basura es como un pequeño tumor que se va alimentando de tu odio, resentimiento, rencores, miedo, etc. que has ido acumulando a lo largo de tu vida.
Este pequeño tumor puede llegar a crecer tanto dentro tuyo que puede convertirse en un tumor físico que llega a provocar cáncer y hasta la muerte, y todo por no haber desechado de tu vida todos aquellos sentimientos que te han hecho sufrir.
¿Por qué esperar a que toda esa carga emocional se vuelva algo físico? ¿Para qué esperar a que el cáncer o cualquier otra enfermedad llegue a tu vida? ¿No crees que ya es el momento de decir adios a todo eso que llevas cargando en tu pecho?
Dile adios a todo eso que te aprisiona, a todo eso que no te permite ser feliz, ya es momento de dejar que todos esos sentimientos se vayan de tu vida. Ya es momento de perdonar.
Sí, el perdón es una varita mágica que te va a ayudar a salir adelante y a permitir que tu vida cambie. El perdón es algo que libera a quien lo lleva a cabo.
¿Cuántas veces no has guardado rencor hacia alguien por algo que te hizo? ¿Acaso crees que el rencor hacia esa persona le afecta en algo en su vida? Hace poco leí una frase que refleja esto a la perfección: Guardar rencor es como tomar veneno y esperar que alguien más muera. El rencor mata no a quien le guardamos rencor, el rencor, como el veneno, mata a quien lo toma, a quien lo siente, a quien lo vive.
¿Qué más da si alguien te hirió en el pasado? ¿Qué más da si las cosas no resultaron como esperabas? Lo importante es aprender de lo que viviste, aprender la lección, y seguir adelante.
Toda situación, toda vivencia tiene un aprendizaje, así sea que ese aprendizaje te indique que equivocaste una decisión, que tomaste un camino equivocado, que elegiste amar a alguien que no te correspondió, que elegiste un trabajo que no era el adecuado, en fin, por más negativa que sea la situación que hayas vivido, siempre hay un aprendizaje, observa cuál es y aprende de él, aprende la lección que la vida puso en tu camino a través de esa o esas personas que te hicieron sentir miserable.
Una vez que hayas visto la lección y visto como ello afectó en tu vida… déjalo ir, perdona a quien te haya lastimado, a quien te haya humillado, a quien te haya hecho sentir mal.
Continuará…
Piensa que esa persona que te lastimó está liberándote de karma negativo, que está quitándote una pequeña (o gran) deuda que tenías con la vida, esa persona que te ha lastimado te ha librado de ese pago, de hecho le has pagado a la vida esa deuda a través de esta “mala” persona.
Si lo ves desde esta óptica, deberías agradecerle a esa “mala persona” porque te permitió pagar una deuda que tenías que pagar tarde o temprano. Deberías llamarle y darle las gracias porque te libró de esa deuda, te libró de un sufrimiento posterior y te permite que ahora sigas adelante con un saldo en ceros, ya no hay saldo negativo en esa deuda, ya está pagada.
Pero cuidado, porque al vengarte de lo que te ha hecho esa “mala persona”, que ahora sabes que no es así, sino que simplemente fue enviada por la vida para cobrarte algo que debías, recuperas tu deuda, y no sólo eso, le quitas a esa persona una deuda que tenía con la vida, y ahora serás tú quien haya liberado a esta persona de su deuda. Esto se vuelve un círculo vicioso de venganza de ti hacia esa persona y de esa persona hacia ti.
Perdona a quien te haya hecho daño, no importa lo que haya hecho, escribe en un papel todo lo que sientes y quema ese papel, tíralo por el desagüe, o arroja las cenizas al viento y así como se van las cenizas, permite que el resentimiento se vaya.
Es verdad que a veces estás tan dolido que este ejercicio no es suficiente, pero si después de hacerlo te vuelve a asaltar ese resentimiento, recuérdalo, revive el ejercicio y agradece a la vida por haber enviado a esa persona a cobrarte.
Inténtalo, lo único que puedes perder es ese resentimiento que no te deja seguir adelante, y si lo pierdes habrás ganado mucho más.
Tu Mundo es como tú eres. Obsérvate y compruébalo
y cuando lo aceptes… busca el cambio.